Si se quiere compactar de forma rápida y fiable una obra de dimensiones reducidas, lo ideal es utilizar bandejas de compactación. Este tipo de maquinaria suele emplearse para rematar superficies que ya han sido asfaltadas previamente. También son muy útiles a la hora de compactar tierras, zanjas, caminos rurales, jardines, paisajismo, etc. Las hay ligeras y más pesadas, dependiendo de su peso y tamaño. Fundamentalmente existen dos tipos de bandejas de compactación:
Bandejas de compactación monodireccionales. Son ideales para trabajos pequeños, ya sean obras de tierras, asfaltado o adoquinado. Son muy apropiadas para dar los últimos retoques a una obra. Las bandejas de compactación monodireccionales más ligeras se pueden utilizar para rematar espacios reducidos, sobre todo para esquinas u otras zonas de difícil acceso. Algunas son especiales para asfalto, y su forma hace que no empujen la capa de asfalto al girar, con lo que garantizan una compactación limpia. En general, estas bandejas son máquinas fáciles de trasladar gracias a que disponen de asas de transporte pensadas para sujetarlas con seguridad.
Bandejas de compactación reversibles. Si el trabajo de compactación es más exigente y la superficie a trabajar más amplia, hay que optar por las bandejas reversibles, que ofrecen una mayor potencia. Con unos pesos en funcionamiento de 350 a 500 kilos, estas bandejas con motores diésel ofrecen un elevado rendimiento de superficie, especialmente en las obras de tierras y pavimentado. Los modelos más pesados ofrecen rendimientos máximos de compactación en la construcción de zanjas, canales y conductos. Estas últimas, realizan los trabajos por control remoto por cable o inalámbrico con lo que ofrecen una gran seguridad.
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