El sistema de riego de agua en las fresadoras en frío asegura una distribución fiable del agua por las picas y la cinta transportadora de la maquina. Este riego es importante por varias razones:
- La aspersión de agua garantiza la refrigeración de las picas. Estos útiles están hechos de un material muy duro: el carburo de wolframio, y un ligante metálico termoviscoso (el cobalto). Durante el proceso de fresado, las picas de metal duro se calientan. Entonces, el cobalto se ablanda, con lo que ya no puede aglomerar como es debido el carburo de wolframio. Las picas se desgastan con más rapidez. La refrigeración con agua prolonga la durabilidad de las picas.
- El agua limpia las picas de fresado rotatorias, liberándolas del fino polvo que suele acumularse entre el vástago de la pica y el casquillo de sujeción. Esta limpieza mejora el comportamiento de giro de las picas que se desgastan de modo más uniforme e incluso experimentan un cierto «efecto de autoafilado».
- El agua de riego reduce la generación de polvo, ya que las micropartículas quedan retenidas en la caja de fresado.

En muchas fresadoras en frío se puede ajustar un modo de ahorro de agua. En él, solo se riega agua cuando el tambor de fresado está girando. Además se puede regular la cantidad de agua inyectada en función del material y la profundidad de fresado, así se optimiza el consumo de agua. Con este sistema, la capacidad del depósito dura más y se requieren menos paradas para repostar líquido, con lo que la fresadora se aprovecha mejor.
El agua se almacena en un depósito de gran volumen separado de la fresadora. Para repostar se puede utilizar un hidrante de incendios, una boca de riego o bien, de forma móvil durante el fresado, un vehículo cisterna de agua. Otras posibles fuentes de agua son: estanques, arroyos, etc., pero aquí hay peligro de succionar arena y otras partículas. Las modernas fresadoras en frío se pueden llenar en menos de 5 minutos.